La cuesta de enero, febrero…
¬ Juan Manuel Magaña lunes 10, Feb 2014Política Spot
Juan Manuel Magaña
Las cifras oficiales son tan reveladoras que ni hace falta poner énfasis en algo como para darnos cuenta de cómo se ensaña con la población la carestía que detonaron nuestros legisladores con su mediocre reforma hacendaria.
El INEGI difundió el pasado viernes el Índice Nacional de Precios al Consumidor que permite afirmar que los nuevos impuestos que entraron en vigor este año y el alza a los precios de energéticos y productos de la canasta básica provocaron que la inflación llegara a 4.48 por ciento, a tasa anualizada, en enero.
Según los registros del Inegi, es la más elevada que se registra para un primer mes del año en lo que va de esta segunda década del siglo, pues en enero de 2013, la inflación fue de 3.25 por ciento, en el mismo mes de 2012 llegó a 4.04, en el correspondiente a 2011 sumó 3.78 y 4.45 en 2010. Y es la quinta más alta desde que comenzó el siglo, pues habría que recordar que en 2009 se elevó a 6.28 por ciento, en 2005 a 4.54, en 2001 a 8.1 y en enero del año 2000 fue de 11 por ciento.
El Inegi precisó que sólo en términos mensuales la inflación fue de 0.89 por ciento en enero respecto a la de diciembre. Qué tal.
Hay ciudades donde incluso el incremento superó la inflación nacional y en algunos casos la duplicó, como Tijuana, Chetumal y Ciudad Acuña, con tasas de 1.80, 2.33 y 2.45 por ciento, respectivamente. Así ha estado la subida del costo de la vida.
Y todo esto se veía venir desde diciembre cuando se hacían serias advertencias y fuertes críticas a lo que estaban por aprobar nuestros brillantes legisladores del PRI, del PAN y del PRD para francamente bolsear a la población.
En cuanto el fenómeno se manifestó en forma de inflación, el Banco de México ha venido señalando que el repunte iba a ser de carácter temporal y que se iría moderando conforme avanzara el año. Pero el caso es que ya pasamos de la cuesta de enero a la de febrero.
Apenas un día antes a la difusión del reporte del Inegi, el propio Banco de México mostró la opinión de economistas consultados en un sondeo mensual, que ubicaron en 4.09 por ciento la expectativa de inflación para este año, lo cual rebasa el cálculo máximo fijado por el propio banco central en 4 por ciento.
Estamos hablando de una preocupante situación en que se encuentran millones de mexicanos y que se traduce en la caída de su poder adquisitivo, su paso al sector informal o el desempleo, y el deterioro de sus condiciones de vida hasta el grado de caer en niveles de pobreza.
El Inegi ha explicado que la mayor alza corresponde a los energéticos y las tarifas que son autorizadas por los diferentes niveles de gobierno, ya que, en conjunto, acumularon una inflación de10.13 por ciento anual y 2.04 por ciento mensual.
También sostiene que la canasta básica presentó un incremento mensual de 1.71 por ciento y de 6.17 por ciento a tasa anual. Contrasta con la inflación de enero de 2013, cuando fue de 0.79 anual y 3.77 por ciento, respectivamente.
Los datos son muy reveladores acerca de quién está pagando en estos momentos las consecuencias de lo que hicieron los diputados y senadores, y que trataron de vender como una reforma justa.
Son muy claros sobre contra quién –y no hay otra forma de decirlo- se fueron los legisladores y por eso no es extraño que mientras la calificadora Moody’s eleva el grado crediticio de nuestro país, la confianza del consumidor en la economía nacional se desploma en más de 15 por ciento.
Esta pérdida de la confianza se da en un contexto de repunte inflacionario, desaceleración de la actividad productiva y depreciación del peso. La gente lo tiene claro. Ojalá el año que entra tenga así de claro contra quién debe de ir a la hora de votar un nuevo Congreso.